Frecuencias Comunes tiene como objetivo enfatizar la importancia de las prácticas multidisciplinarias para la escucha activa, la invención y la visión de nuevos sistemas de colaboración.
La idea de comunidad en Frecuencias Comunes toma referencia directa de la palabra francesa milieu (el entorno social de una persona) vista como el lugar en el que la especie humana, existe y coexiste con otras especies. Sin embargo, es importante reconocer también que como individuos somos un entorno: albergamos millones de bacterias y otros seres vivos que nos permiten digerir, respirar y existir.
La exposición enfatiza la idea de que los humanos son solo uno de millones de otros seres vibrantes vivos, y que existe una necesidad mutua para que nuestro entorno funcione, de la misma manera en que nosotros, como individuos, necesitamos que cada ser vivo dentro de nosotros exista. Evidentemente, este concepto también se extrapola a lo social.
En medio de un tiempo que parece estar cada vez más dividido, este grupo de artistas investiga y genera varias conexiones que prueban que la unión, la colaboración y la conectividad están más presentes que nunca. Muestran que no somos una especie independiente, sino más bien dependiente e interconectada con todos los seres del planeta.
En la exposición, estas interconexiones se hacen evidentes a través de paisajes sonoros, lenguajes que son más fáciles de identificar como comunes, como algo con lo que podemos relacionarnos y utilizar nuestra capacidad de respuesta a cambio.
En Sincronía, un archivo visual y numérico, Lorena Mal investiga la relación entre el cuerpo y la percepción del tiempo a través de una serie de partituras basadas en la frecuencia cardiaca de 88 especies animales.
Mal explora nociones sobre el tiempo ‘vivo’ a partir del encuentro entre dos sistemas que miden su transcurrir, donde el ritmo es tanto biológico como musical, y el tempo, paso o pulso cardíaco son medidos por igual como golpes por minuto. Combinando objetos e imágenes de archivo, metrónomos modificados, partituras y una serie de eventos para 2 pianos y múltiples intérpretes que tocan diferentes temporalidades de forma simultánea, el proyecto toma al metrónomo estándar como principal sujeto de investigación, partiendo de la coincidencia entre sus límites con los del pulso humano.
Sincronía establece encuentros inesperados e intervalos de silencios, haciendo del acto de escuchar un proceso intersubjetivo de reciprocidad, incluso involuntario.