Réplicas: Apuntes sobre historia material es una exposición individual de Lorena Mal (Ciudad de México,1986) que toma como punto de partida la historia del ex Templo de Santa Teresa la Antigua, sede actual del museo Ex Teresa Arte Actual. A través de un conjunto de piezas desarrolladas ex profeso y organizadas en cuatro núcleos (Pinturas perdidas , Esculturas perdidas , Campana perdida y Réplica ), Mal exhibe el resultado de una serie de ejercicios de especulación en torno a la historia de diversos “objetos perdidos” de este recinto, desde una lectura que evidencia la arbitrariedad y los límites de los instrumentos de registro, resguardo y ritualización modernos.
Como la propia obra de la artista sugiere, la fijación de una imagen o palabra sobre la realidad es una victoria en el campo de batalla por la verdad y el sentido, de ahí la pertinencia de escarbar su pasado. Réplica proviene del latín replicare que significa plegar hacia atrás o doblar en sentido inverso, contraargumentar o torcer un argumento; también refiere a una copia exacta de una obra artística y/o a la repetición de un sismo. En el contexto de esta investigación, que utiliza al museo como sitio de excavación y caja de resonancia, estas acepciones operan simultáneamente para examinar temporalidades acumuladas, yuxtapuestas y/o desfasadas que atraviesan las capas históricas del recinto y que cristalizan en una serie de motivos de pérdida.
La falta o la pérdida de información en un acervo histórico suele ser considerada como una deficiencia del archivo. No obstante, esta investigación aprovecha estos vacíos de memoria como posibilidad, eludiendo la obsesión —más moderna que antigua— por el origen. Más que reivindicar una interpretación fragmentaria de la historia, la aproximación de Mal visibiliza, a la vez que rechaza, la fantasía colonizadora de representar la historia en y desde todas sus partes. Aunado a esto, al asumir la imperfección del archivo como fundamento ético de la investigación, se hace una defensa de la memoria como acto y operación.
Lejos de seguir las reglas y protocolos institucionales de protección, conservación y restauración del patrimonio, los procesos de rastreo y reconstrucción de este proyecto responden a la delicada reverberación histórica de cada uno de los objetos, según su consistencia material y las maneras en que han desaparecido, resistido o se han deteriorado con el paso del tiempo. En ese sentido, en los núcleos que componen la exposición, la artista se apropia y refuncionaliza las técnicas y métodos más comunes para el tratamiento del patrimonio artístico y cultural, tales como la reintegración cromática en las pinturas, la unión de fragmentos o la corrección de deformaciones en esculturas. Esto no solo le sugiere a la historia técnica del arte y de la conservación una vía heterodoxa para conocer y reproducir una imagen perdida, sino también instaura una ruta de negociación entre disciplinas e instituciones tanto jurídicas como culturales y académicas que, además, suscita la inclusión de voces y visiones que ilegítima o subrepticiamente nutren y tejen la actualidad y la presencia de estos objetos.
En la serie Pinturas perdidas , la artista reconstruye a modo de instalación y performance colaborativo los faltantes de 10 pinturas: nueve de ellas que perviven en los muros de la capilla realizadas por el pintor Juan Cordero en la segunda mitad del siglo XIX —correspondientes al Nacimiento de la Virgen, la Purificación en el Templo, y otras que representan a cuatro apóstoles sin identificar, dos alegorías de las ciencias y las artes y un ángel—, y una de Ximeno y Planes, Sublevación de los indios del pueblo de el Cardonal (1812), perteneciente al ábside, destruida en su totalidad por el sismo ocurrido en la Ciudad de México en 1845.
Durante el periodo de la exhibición, Mal junto con otros artistas invitados pintarán s obre muros blancos instalados específicamente para esta muestra, los elementos faltantes de las pinturas deterioradas , de modo que el espectador atestiguará el proceso de su manufactura. En el caso de la imagen perdida de Ximeno y Planes de la cual solo se conserva un fragmento y que, tras el sismo fue reemplazada con la imagen de la Milagrosa Renovación del Señor de Santa Teresa de Juan Cordero, la artista ensaya una proyección basada en la maqueta original de la pintura que se conserva en el Museo Nacional de Arte.
A contrapelo de las técnicas convencionales de restauración que permiten distinguir las capas de intervenciones a las que una pieza es sometida, la artista utilizó materiales y pigmentos similares a los usados en la época en que estas pinturas fueron creadas, de tal manera que el diálogo “excesivamente” respetuoso con el objeto original desborda la integridad de su factura, desdibujando el avance de la técnica moderna supuestamente irreversible.
Frente al déficit de información sobre estas piezas, y en el marco de este proyecto, el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural con sede en el Instituto de Física de la UNAM (LANCIC-IF-UNAM), colaboró para realizar, por primera vez, una serie de análisis espectroscópicos de las pinturas del recinto. Este hecho inédito contribuirá al conocimiento de las técnicas y materiales empleados para la creación de estas pinturas en el siglo XIX, a la vez que fortalecerán el registro y documentación del inmueble. Asimismo, los estudios se integran simbólicamente al montaje de la exhibición completando la operación en tanto intervención institucional , además de poética y material.